Nos quieren como musas y nos temen como artistas. Tal como escribe una de las teóricas del arte feminista más importantes Lucy R. Lippard, el arte feminista “no es un estilo ni un movimiento, sino un sistema de valores, una estrategia revolucionaria, un modo de vida”. Hoy queremos celebrar a las mujeres artistas latinoamericanas que han hecho y siguen haciendo ruido.
Regina Silveira
Artista brasileña que trabaja con luces, sombras y distorsiones para explorar ideas de realidad y la percepción del espacio. Experimentó con videos, pintura y grabado. Es considerada una de las artistas latinoamericanas más influyentes de su generación al impulsar que las y los espectadores piensen en sus obras y cómo las ven.
Ana Mendieta
Artista, escultora, pintora y video artista cubana-norteamericana. Usó la tierra y cuerpo como un espacio para abordar el desplazamiento, combinando una preocupación con los rituales primarios y una sensibilidad feminista moderna. Estudió el desplazamiento y sus efectos en el alma, tanto positivos como negativos. Quería penetrar los velos de la percepción de la diferencia en muchas esferas, incluido el género, la raza y la geografía, y buscaba mostrar la indiferencia ante prejuicios y violencia.
Lygia Clark
Artista brasileña, destacada por su pintura e instalaciones. Su trabajo trata sobre vida interior y sentimientos. Co-fundó el movimiento Neo-Concreto, que tenía como visión que el arte debía ser subjetivo y orgánico. Durante su carrera impulsó la participación de asistentes de museos a interactuar con sus obras.
Doris Salcedo
Escultora colombiana que vive y trabaja en Bogotá. Crea esculturas e instalaciones que tratan temas asociadas con la historia de Colombia y Latinoamérica como violencia, trauma, racismo y colonialismo con objetos cotidianos como muebles domésticos, ropa, concreto, pasto, pétalos de flores y cabello.
Paz Errázuriz
Fotógrafa chilena, Premio Nacional de Artes Plásticas en 2017 y co-fundadora de la Asociación de Fotógrafas Independientes (AFI). Además fue parte del colectivo artístico Grupo 8, junto a Álvaro Hoppe, Leonora Vicuña, entre otros. Es considerada una de las fotógrafas más destacadas de Chile, retratando identidades marginales tales como boxeadores de barrio, asilos, circo y travestis.
Liliana Porter
Artista que trabaja con fotografía, grabado, pintura, dibujo, instalación, video, teatro y arte público. Combinando estos medios con objetos y miniaturas de iconos pop y kitsch, construye fábulas visuales entre lo inquietante y fantástico. Cita como gran influencia a René Magritte por su humor irónico. Ha exhibido su trabajo en más de 35 países y en más de 450 exhibiciones colectivas.
Marta Minujin
Artista plástica argentina, reconocida por sus obras vanguardistas entre 1960 a 1980. Su obra se caracteriza por ser conceptual, psicodélico y pop, que según sus propias palabras debe ser divertida: “Nosotros nos autodefinimos como pop. Arte popular, arte que todo el mundo puede entender, arte feliz, arte divertido, arte cómico. No un arte que es necesario entender, es un arte que es necesario gustar; que hace pop y lo entendés”.
Luz Donoso
Académica y artista chilena. Miembro de Taller 99, impulsando el grabado en la década de los 50, y del Taller de Artes Visuales (TAV). En 1973, participó en la creación de murales políticos callejeros junto a Nemesio Antúnez, Carmen Johnson y Pedro Millar, los cuales fueron brutalmente agredidos por la tensión política de la época. Utilizó el arte gráfico como afiches para generar acciones gráficas en la calle, combinando el activismo con el arte. De esta manera, introdujo el arte a las manifestaciones políticas. Si bien no ha sido reconocida ampliamente, es una figura fundamental para entender el arte contemporáneo chileno.
Anita Malfatti
Pintora brasileña y considerada la introductora de las vanguardias en su país junto a Tarsila do Amaral. Tanto su estilo como sus temáticas fueron revolucionarias para la época, generando debate tanto por su forma como su contenido. También trabajó como ilustradora para las revistas Vanity Fair y Vogue.
Elba Bairon
Nacida en La Paz, Bolivia, para luego mudarse a Uruguay. En 1967 se trasladó definitivamente a Buenos Aires. Su obra apela a los sentidos de la vista, el oído y el tacto, caracterizándose por la pureza de sus formas y la simplicidad de sus líneas. Sus instalaciones requieren un silencio absoluto. Trabaja sus esculturas con capas sucesivas de pasta de papel, aludiendo a la escultura clásica europea, pero difuminando sus bordes hasta transformarse completamente.