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Mujeres Que Hacen Ruido: Una conversación con Lucia Tacchetti

La cara femenina de la electrónica latinoamericana encuentra en Lucia Tacchetti a una de sus exponentes más destacadas. 

Por Marisol Martínez (@impasable_)

Para algunos artistas, la profesionalización musical se percibe como un camino iluminado y certero desde las primeras composiciones, sin embargo; existe otra estirpe de exponentes que han encontrado su lugar en este mundo a base de experimentación y de manera gradual. Tal es el caso de Lucia Tacchetti, cantautora argentina de 32 años de edad y una de las representantes más sólidas en el campo de la electrónica. Está próxima a sacar su tercer material discográfico atravesado por un profundo proceso de metamorfosis, tanto en lo físico como en lo espiritual. Hablamos con ella sobre esta serie de cambios esperanzadores; sobre la figura femenina en la industria y toda la inspiración que ha recogido a lo largo de su vida y que la convierten en la intérprete que es hoy.

Ruidosa es ser auténtica en todo lo que una hace, no sólo en la música. Hacerte de tu propio espacio en el entorno que te rodea y que te respeten ahí en donde estás. Me parece que el ruido chiquito, ese que se genera de a poco es el que, al final del día, logra un mayor impacto. Yo cada vez me siento más acompañada, segura y protegida por esta camaradería femenina sin la cual el movimiento actual no existiría. Entonces, creo que ser Ruidosa es un poco eso, unirnos lo más posible y hacer ruido juntas”.  

La figura femenina en el escenario como inspiración máxima

El primer contacto de Lucia con la música se produjo a los 8 o 9 años de edad, cuando se enamoró del piano que había en casa de sus abuelos. Entonces, comenzó a tomar lecciones sin ningún tipo de expectativa. “Era más por ese lado del disfrute, de llegar a casa y tocar un rato. Era un hobbie, una descarga, un cable a tierra”. Paralelamente a ello comenzó a construir la base de sus influencias sonoras que, de cierta manera, incidían en la fascinación que ya desde entonces le producía la figura femenina en el escenario. 

“Mi mamá era súper fan de ABBA y yo me volvía loca cuando los veía. Tuve ahí mi mayor atracción por ver la figura femenina sobre el escenario. De chica conecté mucho con artistas mujeres cantando en español tipo Julieta Venegas. Como que identificaba varios caminos que me iban llevando hacia un lugar que me interesaba muchísimo. Pero sí, es verdad que siempre me conquistó ver a mujeres en bandas”.  

A los 21, Lucia abandonó la ciudad que la vio crecer y se lanzó de lleno a la aventura capitalina en Buenos Aires. A partir de ese momento, nunca miró atrás. Y fue justo en aquel contexto de transformación que la música la encontró una vez más, pero ahora para que la utilizara como vehículo de expresión vivencial. Tomó un cuaderno y escribió sus primeras canciones casi sin darse cuenta. Y es que el plan nunca fue perseguir una carrera como cantante. Estaba ahí con el propósito de encontrar un trabajo relacionado con la profesión que estudió en la academia, que fue Diseño de Modas. Aquellos 7 u 8 años invertidos en una marca de accesorios no los considera como tiempo perdido, pues asegura que gracias a ellos agudizó su sentido de la creatividad. 

Siempre digo que la carrera me ayudó a desarrollar mi creatividad. Me enseñó cómo dedicarle tiempo a ser creativa. A contemplar cosas, escuchar música y ver películas. A estar con uno mismo y exteriorizar todos esos sentires. Me hizo desarrollar ciertas competencias que, de no haberlas adquirido en la escuela, quizás me habría costado un poco más llegar al destino”.

Sobre la ironía de la impermanencia y los giros que da la vida

Después de un par de mixtapes y elepés, Lucia publicó a través de Immigration Records su primer larga duración, ‘Vol. 3D’, en 2018. Con él “sintió que finalmente rompía con esquemas a nivel personal”. Dos años más tarde llegó ‘Eleté’, con el que se construyó una especie de alter ego a través del vestuario e incluso el color de cabello que utilizaba. Me animó a mostrar otro tipo de cosas”. En 2023 escucharemos el tercer álbum de su carrera, el más introspectivo que ha hecho y el que mejor la define. “Es el disco que estuve esperando hacer todo este tiempo”. 

 

Hace casi dos años, Tacchetti volvió a emigrar pero, en esta ocasión, la mudanza fue mucho más abrupta: dejó la Argentina para instalarse permanentemente al otro lado del océano, en España. Experimentar lo que es vivir en otro país, con todas las implicaciones que ello conlleva; la estímulo a escribir las canciones que conformarán su próximo álbum. La narrativa, naturalmente, está íntimamente ligada con la impermanencia y el cambio que, paradójicamente, es lo único seguro en esta vida. 

Las letras están super relacionadas con el cambio, con mudarse, con todo lo que uno atrae cuando da un giro de vida tan grande. Haberme mudado, conocerme en otra cultura y lugar, me dio el tiempo y la creatividad de empezar a escribir este nuevo disco. Realmente compuse muchísimas canciones y me entregué 100% a producir y a estudiar producción a la par. Dediqué muchas horas, durante muchos días, a crear este álbum y estoy muy contenta porque pude escoger los temas que siento tienen que ver uno con otro”.

La autoproducción como epítome de la independencia creativa

Y es que la autoproducción fue clave en el proceso creativo de este próximo material, ya que le permitió jugar con diversas texturas y formatos que se traducen en un nuevo modelo que busca homogeneizar la experiencia del acto en vivo con la grabación en estudio. 

“Yo me siento muchas de las veces más productora que otra cosa. Como que es donde más cómoda me siento y en donde más disfruto estar. Amo ir al estudio y dedicarle horas a una canción o a un simple sonido. Finalmente se logró eso que yo tanto quería; que cuando escuches el disco y vayas al directo sea casi lo mismo y vos puedas entrar en el mismo estado, ese en el que yo entro cuando estoy tocando en vivo. Así que en eso sí fue bien diferente a otros procesos que he llevado”. 

Sintetizadores, máquinas de ritmos y procesos análogos permean decididamente en la producción de lo que está por venir, dando como resultado un “audio más sucio” que remitirá al escucha a la energía que emana un cuarto lleno de personas cantando y bailando al unísono. En cuanto a referencias, Lucia asegura que últimamente se ha volcado en la electrónica de proyectos como Sylvan Esso, Hot Chip, LCD Soundsystem, Metronomy y The Blaze, aunque la creación femenina continúa siendo parte fundamental de sus cimientos. 

“Es verdad que estuve más concentrada quizás en la sonoridad de la electrónica y en lo análogo. Me gustan desde los formatos más de banda, como puede ser Metronomy; hasta la persona más solitaria haciendo electrónica, como Ela Minus. Disfruto de todas esas mezclas pero la electrónica que se toca de manera analógica es con la que mejor conecto. Y las mujeres en el género me apasionan muchísimo, como Grimes y Charlotte Adigéry”.

El terreno que falta por conquistar está debajo del escenario, no sobre él

Con unos cuantos años de experiencia en su currículum, Lucia ha logrado dejar atrás las trabas que suponen una industria históricamente dominada por los hombres y, aunque se ha avanzado mucho en materia de paridad de género en la industria musical; reconoce que falta representación femenina no tanto sobre los escenarios, sino debajo de ellos.  

“Siempre digo lo mismo, hay mucho camino por recorrer. Muchos más lugares donde tenemos que entrar como mujeres, sobre todo en los estudios de grabación y en la parte técnica. Lamentablemente todavía me cruzo con muy pocas mujeres en sonido e iluminación. Las pocas veces que he tenido la oportunidad de que me operen mujeres, siempre terminamos hablando de lo mismo. Es como de ‘qué loco, me sorprende verte acá’,  cuando en realidad tendría que ser la regla. Todavía nos falta crecer mucho, no tanto en el front, sino en todo lo que pasa detrás. Ahí tenemos mucho terreno que ganar”. 

Es entre mujeres donde la magia se hace realidad

Durante el año que está a punto de concluir, Lucia Tacchetti tuvo la oportunidad de tocar en todo tipo de escenarios dentro y fuera de la región. Pisó la tarima de festivales como Lollapalooza Argentina y Sonorama Ribera; viajó a la CDMX para presentarse en House Of Vans (elegida por nada más y nada menos que Anderson .Paak); abrió fechas multitudinarias para Babasónicos y se fue en una enriquecedora gira europea con Holy Fuck. ¿Cuál es la siguiente hazaña por conquistar? “Tocar en Primavera Sound Barcelona y, ya si soñamos en grande, en Coachella o Glastonbury”. 

Hasta ahora, “El Modo”, “Solos” ft. Margarita Quebrada y “Rota” con la participación de Mula son los tres sencillos que conocemos del próximo álbum de Lucia Tacchetti. Advierte, sin embargo, que aún hay otros dos temas más por revelar, cada uno con un emocionante featuring femenino de por medio. Es entre mujeres donde la magia se hace realidad, una sinergia que agradece y reconoce. 

“Por suerte, hace ya varios años que hay cada vez más unión hasta a nivel virtual. Me parece que siempre existe la sensación de que estamos ahí para la otra, bastante conectadas y siempre intentando saber qué estamos haciendo. Compartiendo música. Es algo que se potenció los últimos años y que te hace no sentirte tan sola en esta escena”. 

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