Una mirada al alma de Marion Raw y su amor por la guitarra.
Por Steffanie Torres (@stefftorress)
El dolor y la vulnerabilidad pueden ser difíciles de poner en palabras, pero para Marion Raw, quien convive día a día con el arte, estos sentimientos la han llevado a inspirarse y encontrar en la música su camino a la libertad. Desde chiquita ha bailado, jugado y disfrutado la música a su manera, hacía videoclips con una grabadora que conectaba a la tele con su hermano y se imaginaba que estaba dentro de ésta siendo una gran cantante.
Hablamos con Marion para saber más sobre este proyecto solista, su arte y la guitarra que la ha acompañado en cada uno de sus pasos.
“Ser ruidosa es hablar tu verdad aunque incomode a otras personas. No tener miedo a expresar tu verdad”.
Las niñas no hacen ruido
El camino de Marion dentro de la música no fue sencillo en el inicio. Creció con una mamá muy estricta que no la dejaba tocar la guitarra al tener la idea de que había instrumentos apropiados para las niñas y otros para los niños. De esta forma, su primer contacto con la música fue a través del piano, que no era de su agrado.
“A escondidas agarraba la guitarra de mi hermano. Fue muy chistoso porque a esa edad, me veía en un futuro con una guitarra. Así empecé a tocar de forma autónoma, a escondidas, con mi hermano, en casa de mis hermanas mayores que me empezaron a enseñar cuando dejé de vivir con mi mamá o en casa de algún novio”.
Entre las cuerdas
Siempre ha existido una guitarra en la vida de Marion, dándole la libertad y la rebeldía que su alma necesita, pero también la ha acompañado el miedo de subirse a un escenario, mismo que logró romper 10 años después de hacer sonar las seis cuerdas.
“Tenía ataques de pánico, muchísimos y siento que era porque no estaba siguiendo mi llamado de vida, me daba insomnio, no dormía y ese tiempo fue el que aproveché para empezar a hacer canciones. De madrugada grababa con una Tascam en la sala, era un espíritu lo-fi, DIY, donde sentía que tocaba horrible, muy garage trash, pero sabía que tenían corazón los demos”.
Una nunca sabe por qué camino pasará en la vida y la entrada de Marion a los escenarios llegó de la mano de la amistad. “Le enseñé mis grabaciones a Andrés Sánchez, un amigo músico que toca con Zoé, le dije que si me ayudaba a grabar mis canciones de forma profesional y ahí él me invitó a cantar con su banda. Fue todo un camino de exploración”.
Pasos en la música
En 2020 Marion editó su primer disco como solista, Deep Cuts, que resultó ser la resolución de toda una vida: la suya. Al comenzar a vivir sola a los 12 años, aprendió a ser autodidacta en todos los sentidos, empezó a seguir su corazón y a hacer lo que sentía como lo quería, dejando de lado los reglamentos. Todos estos sentimientos podemos encontrarlos en su letras, que no tienen miedo.
“La música siempre ha sido mi iglesia. De escuchar los primeros demos, intenté cambiar la letra porque quería que fuera algo más bonito, la música pura. Y luego tu mente comienza a criticar, a querer manipular, por miedo a la aprobación externa. La profesionalidad en la música es tener la capacidad de ser un canal limpio para poder comunicar esto como lo creas, debes dejar fuera de tu mente los miedos, el ego, las inseguridades o querer buscar el perfeccionismo porque estropea todo en formas que nunca te hubieras imaginado. Al final somos humanos y generamos mecanismos de defensa que de repente nos generan mucho ruido”.
La música como Polaroid
El tiempo se desvanece entre nuestros dedos y a veces solo las fotografías pueden congelar algunos instantes. Desde el punto de vista de Marion así es su música, habla de sus diferentes etapas y procesos. En su nuevo álbum, Ghost in the machine, trata muchos temas psicológicos porque le encanta todo lo relacionado con el crecimiento personal y la psicología.
“Escribo desde un punto autobiográfico y en este disco hablo del apego evitativo, que es una forma en la que nos vinculamos y que experimenté. De ahí hay también hay apego ansioso, desordenado y seguro. Son esas cuatro categorías de las que escribí. Además, de las distintas dinámicas en las que nos relacionarnos vistas desde mi experiencia, por eso hay triángulos amorosos y dating, algo que todes vivimos».
La evolución
Sobre su debut, Marion comparte: «Deep Cuts lo escribí durante la pandemia y dediqué todo ese espacio y tiempo para mí en soledad, porque vivía sola y pensaba mucho en todas las cosas que no pude superar. Me convertí en un búnker con trabajo interior para superar muchas cosas. En la música trabajé mucho con la poesía y la belleza dentro de la perfección y saber que todo solo es un momento, porque así como una tiene permiso de cambiar en su aspecto físico, la voz y la ejecución también cambia, exploras nuevos territorios, espacios, antojos, para seguir en movimiento y ese disco fue darme el permiso de romper con lo perfecto y que fuera un retazo de un diario”.
Y en cuanto a su nuevo álbum, Ghost In the Machine, comenta: «Me inspiré en toda la añoranza que tuve en algún momento, y lo que sigue tendrá que ver con la profundidad de la voz, en relación a la guitarra también. Hay frecuencias sonoras que producen cosas en el cuerpo propio y el cuerpo del otro, una alquimia que sucede cuando creas un sonido desde tu cuerpo que corta espacio y tiempo, donde puedes entrar a lugares místicos; entonces a mí es lo que me está empezando a suceder con el canto, visitar esos instantes y que de repente se sintonicen con mis músicos y con mi público es muy espiritual, muy profundo. Me tiene muy emocionada poder plasmarlo y ponerlo dentro del disco».
Tocadas boutique
Para Marion existe una conexión entre ella y los museos y los espacios de exposición, que se enlazan con su día a día como artista plástica, pero que nunca creyó que se vincularían con su música, como pasó en su show en el Museo del Chopo, como parte del primer concierto de Rockeras en el Chopo, ciclo que reúne al talento de varias de las voces de mujeres más representativas de la escena rockera mexicana actual.
“Es chistoso como empiezas la vida con unas expectativas y terminas con otras. Hay muchas cosas que suceden en un show, mantenerse y conservar el propósito de lo que quieres transmitir es el reto cuando subes al escenario. Hay estas barreras que se tienen que romper para recordar que hacemos esto porque lo amamos y es un privilegio ser música, tener un público que te reciba, así sean 5, 500 ó 5,000 personas.”
Los plays
Las plataformas digitales se encargan de etiquetar canciones, géneros y músicos en sus playlists de acuerdo a lo que puede funcionar mejor. Marion se encuentra en muchas que hablan de la tristeza y la melancolía. Y el figurar en las listas es un aspecto que sí revisa, pero no se centra en lo que pueda o no funcionar para las redes sociales, las toma como nuevas herramientas para poder jugar.
“Es difícil estar tan al pendiente de todo lo que pasa, pero Spotify ha sido un gran apoyo para mi proyecto. Siempre estoy atenta aunque sé que los números siempre fluctúan, algunos días estarás más arriba que otros. Hay que mantenerse siempre informadas, pero lo que más me interesa es la interacción con el público real, agradeciendo siempre los espacios que están amplificando mi proyecto».
Marion se presentará en diciembre en el Museo Tamayo y podremos disfrutar de todos los sentimientos de esta artista que no teme a mostrarse vulnerable.
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