El pop sentimental de SIMONA navega entre la colaboración artística y la precariedad de la industria.
Por Marisol Martínez (@impasable_)
La inspiración es una musa que se revela a sí misma de maneras misteriosas. A veces puede venir desde lo profundo de un dolor vivencial. Otras, de la nostalgia que provoca un atardecer dorado. En el caso de SIMONA, la motivación para escribir una canción puede partir de una fotografía, un color, de una prenda de ropa y hasta de alguna frase que escuchó por ahí y se guardó en las notas del celular. Definitivamente nos encontramos frente a una de las artistas más versátiles de la escena latinoamericana actual, cuya artisticidad no se mide por la técnica ni por los títulos; sino por la intuición y la sensibilidad que caracterizan cada una de sus composiciones.
Previo a su primer visita a México, como parte del Carnaval de Bahidorá 2023, platicamos con SIMONA sobre lo fortuito de la creación artística; del mainstream y las condiciones (in)dignas bajo las que trabajan los músicos; de Esfera de Amor, su álbum debut; y de la banda de punk que tuvo a los 12 años.
“Para mí, ser Ruidosa es que no te importen los demás, pero en un sentido fuera del ego. Decir, si voy a hacer ruido es porque puedo. No me va a importar si al otro le molesta y eso está bueno. A veces hay que ser un poco Ruidosa”.
Como todo aquel en cuyas venas fluye la creatividad a galope, SIMONA sintió desde muy chica que necesitaba expresar su arte de alguna u otra manera. Fue por eso que a los 18 años se mudó de su natal Mendoza a la capital de Argentina para cursar la carrera de Artes en Movimiento en la Universidad Nacional de Artes. Ahí, estudió danza y composición coreográfica, sin embargo; a un espíritu inquieto como el suyo la academia le quedó chica y, al cabo de tres años, decidió cruzar el Atlántico para visitar a su hermana en Barcelona, España.
Una vez ahí, se dio cuenta de las infinitas posibilidades que habitaban fuera de lo conocido y lo que inició como un viaje provisional se convirtió en una estancia permanente. Desde Barcelona, Simona se fue involucrando de a poco con el circuito de música underground local y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba maquetando sus primeras canciones bajo la seguridad y calidez que le proveyó su nuevo grupo de amigxs. Brincar de la danza a la música no fue, de hecho, una tarea complicada, ya que se considera una artista integral que igual hoy puede estar cantando, pero mañana pintando y después modelando.
“Siempre me he tomado el arte como algo muy integrado. No es que dejé de ser una persona y me convertí en otra. Soy artista y voy expresando mi arte de diferentes maneras. [Hacer música] fue una nueva manera de expresión que me gustó y eso fue lo que me llevó a hacerlo, porque nunca me lo planteé. Fue algo que simplemente se dio. Mientras mis amigos estaban en el estudio yo jugaba, me ponía con el mic, me cantaba lo que tenía escrito en el celu y así empezó”.
Para una creadora independiente como SIMONA, construir lazos y comunidad ha sido fundamental para el despegue de su corta, pero meteórica carrera. “Para mí, mis amigxs son re importantes a la hora de inspirarme, sobre todo mis amigas mujeres. Están súper presentes y me acompañan en mi proceso creativo”. Desde la encargada del estilismo y diseño de imagen, pasando por la creadora y editora audiovisual hasta la manager que la representa; la figura femenina es una constante en el universo cotidiano de alguien quien, lejos de casa, supo cómo procurarse una familia elegida.
Ya en la Argentina, a la corta edad de 12 años, SIMONA había dado —sin saberlo— sus primeros e ingenuos pasos en la música, cuando formó una banda de punk. Incluso en aquel entonces se tomaba su trabajo muy en serio, algo que ahora resuena fuertemente en el quehacer de SIMONA. Otros proyectos amigos como Usted Señálemelo y Perras on the Beach también supusieron un primer acercamiento con la pasión que ahora persigue. “Para mí, hacer música en este momento preciso lo es todo”, asegura.
Vivir a lo Tarantino
Aunque ya tiene más de una veintena de sencillos y un mixtape publicados, la realidad es que SIMONA, como muchos otros colegas autónomos, aún no puede vivir de la música. “Ser artista underground es como beber champagne en copa de plástico”; “ir a esquiar con forfait prestado”. Sin embargo, detrás de estas analogías existe un statement mucho más elaborado y brutal: que los artistas independientes no cuentan con las condiciones óptimas para trabajar.
“No es que anhele el mainstream. Anhelo condiciones dignas de laburo y poder vivir de mi música. Poder pagarle a la gente con la que colaboro y no tener que estar haciendo todo de favores. Retribuir como se debe a la directora, a la runner, a la estilista, a mi manager, a todxs. Y siento que los proyectos underground para crecer tienen que vivir de favores. La gente de afuera te ve vestido con una marca cara o tenés un videoclip en donde salís en un BMW, y en la realidad estás en tu casa comiendo fideos y arroz. Tenés una vida con mucha precariedad. A lo Tarantino”.
En casa, SIMONA creció escuchando un abanico variopinto de géneros que se movían entre el pop rock de su papá, la trova y el folclor latinoamericano de su mamá, y la bossa nova y la samba heredada de sus abuelos, quienes vivían en Brasil. Su hermana, siete años mayor, la introdujo en el mundo del electro pop, etiqueta que, en su opinión, es la que mejor define la música que hace en la actualidad.
“Me crié escuchando a Rita Lee, Elis Regina, Mercedes Sosa y Violeta Parra, junto a Charly García o el Flaco Spinetta. Luego tengo a mi hermana que me lleva siete años y con ella conocí el punk y el pop tipo Miranda, Britney Spears o Avril Lavigne”.
“Y de artistas de ahora sí que escucho mucha música random. Me gusta eso de no tener filtro ni género. Depende del mood del día. Los discos que me salieron el año pasado en Spotify [Wrapped] fueron ‘Renaissance’ de Beyonce, ‘Caprisongs’ de FKA Twigs, Bad Gyal a full, ‘Motomami’ también. Pero sobre todo ahora siento que me cuesta mucho escuchar música hecha y cantada por hombres. Me identifico más con lo hecho por chicas”.
De lo individual a lo colectivo en Esfera de Amor
Después de publicar Mimo en 2022, su primer corta duración del que desprenden sencillos como “Vino y Blunt” o “Fresh”, Simona está lista para compartir su álbum debut que llevará por nombre Esfera de Amor. Representa un giro de 180º tanto lírica como melódicamente, ya que tuvo la oportunidad de experimentar por vez primera lo que es componer dentro de un estudio de grabación, con todas las bondades y vicisitudes que ello representa. El esfuerzo es producido por Sr. Chen (Martín Mora Julián), una de las figuras más eclécticas y multifacéticas del panorama urbano actual. “Creo que es el proyecto que más me ha hecho ilusión en toda mi vida”, menciona con entusiasmo, al tiempo que lo describe como una suerte de muerte y resurrección; una válvula de escape a la depresión.
“Es un disco de salvación y sanación para mí. De hacerse adulto y de cómo chocas con la vida real. Toca temas en plan inmigración, prostitución, precariedad y cosas que a veces son re fuertes decirlas y exponerlas, pero que también siento es necesario visibilizarlas. Hablo de cosas que, en otro momento, no hubiera dicho de una manera tan cruda”.
Uno de los aspectos más trascendentales en la construcción de Esfera de Amor fue el formato de escritura y musicalización ya que, a diferencia de sus primeros temas como “Bali” o “Popular”, que ideó en la soledad y el confort de las cuatro paredes de su habitación; la médula espinal de esta nueva aventura es la cooperación. La catarsis empírica abandonó el protagonismo y se revolvió con la inspiración que destila un color, un olor, una imagen, una conversación. El simple hecho de sentirnos vivos.
“Antes escribía en completa soledad en mi habitación y de hecho me costaba mucho ir al estudio y decirle al productor cómo quería que sonara. Las canciones ya estaban hechas en ese entonces, era difícil. Ahora trabajo con mi productor, Sr. Chen, que es un capo, un tipo re copado; y con él fue la primera persona con la que pude empezar a componer en el estudio, fue buenísimo. Nos fuimos a Tarragona, una provincia de acá de Cataluña, y en diez días hicimos el disco completo”.
“Puede ser una catarsis de lo que me está pasando, y lo escribo todo del tirón. O puede ser que escucho un bit y armo primero la melodía y después digo cualquier mierda encima para dejarlo lo más fiel posible. Recopilo frases que he escrito, cosas que tengo en el móvil, algo que me dijo un amigo. Intento también ser un poco desordenada creativamente para no tener estructuras y crear de maneras distintas”.
El próximo 18 de febrero, Simona actuará por primera vez en México como parte de la alineación del Carnaval de Bahidorá 2023. Comparte cartel con figuras de la talla de Hiatus Kaiyote, John Talabot, Kokoroko y Little Dragon, estos últimos, una de sus máximos referentes y bandas favoritas.
“Cuando vi a Little Dragon en el cartel me quedé como en plan ¡wow! Ella [Yukimi Nagano] ha sido una referencia para mí desde hace mucho tiempo, en un momento de mi vida que me acuerdo que la escuchaba todos los días. Y compartir cartel con una artista de esa clase, flasho”.
Mientras tanto, ‘Esfera de Amor’ estará disponible entre marzo y abril, pero, antes, podremos disfrutar de un sencillo más llamado “Plush”.
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